domingo, 17 de marzo de 2013

LA PALABRA

LA HERENCIA Y LA PALABRA
(La dama de Atapuerca)


Antes que naciera la tierra, y antes
Que el cielo y el agua, nació la gente.

Y entre las gentes, allí, estabas tú.
Cuando llegaste, aún no había nada,
Sólo vacío en medio del vacío,
Sin existencia ni conocimiento.

Nada era, a falta de tu presencia,
Y todo era nada hasta que tu huella
Abrió entre la hierba cada sendero,
Creó los hondos surcos arenosos
Y pisó, sin dejar rastro, el granito.

Y antes que la lluvia mojara el suelo
Cayó la primera gota en tu cara,
Sentiste la humedad, dijiste "agua"
Y con ello diste existencia al agua.
Y era necesario que tu mirada
Rasgara el aire, y que tu voz dijese
"Azul" para que el mundo se cromase.
Y el mismo día fue roja la sangre.

Nada sonaba aún. Por fin, tu oído
Creó de golpe el canto de los pájaros,
El arrullo de los vientos, la lenta
Cadencia melódica de los hijos:
También ellos te pidieron un nombre;
Tú señalaste con el dedo. "Míos".
(¿A dónde te he traído, niño mío?
¿No ves que para ti he creado el mundo?)
Tu lengua inventó el dulzor del azúcar,
Tus dientes hicieron crujir la nuez,
Amargar la cerveza; la luz, lenta;
La nieve, punzante; hondos, los valles.

Y así nacía todo: la memoria,
La noche, el otoño, el día, el sueño,
El vapor, el fuego, la libertad,
La ira, la soledad, el coraje,
Los ríos, la rueda, la choza, la hoja,
Los ángulos, las nubes, la cocina,
La música, el tacto, la tempestad,
Los gatos, la risa, los compañeros,
El rito, el teatro, la tristeza,
Las montañas, el horizonte, el humo,
Los rosales, las espinas, el miedo,
La empalizada, las caries, la luna,
La melancolía. Tú, la esperanza.

DESPEDIDA EN LA SALA DE ESPERA



GUÁRDATE DE LOS IDUS DE MARZO


Hoy soñé tu muerte,
tenía tu rostro, pero no eras tú,
tenía tus ojos, duros e inflexibles,
pero no eras tú. Era tu muerte
y tu voz sonaba, mas no era tu voz.
Sus palabras eran huecas y feroces
y vi en su frente un gesto de amargura
que no conozco en ti, en tus divinos orígenes.

He soñado un cerco de odios,
unas dagas afiladas.
Y había una estatua parecida a ti,
decía que los inmortales también mueren.

Me hubiese gustado soñarte joven,
buscando un lugar oculto para amarnos.
Pero a nadie le fue otorgado poder  
para  decretar sus sueños
y la libertad no es suficiente recompensa
si el pago es la soledad.

Recogí en el Hades tu alma;
desde allí llegan, tenues, los recuerdos
de otras muertes soñadas.  
Te vi tan débil que volví a amarte
y, aunque tú, allí, quizá no me amases,
sentí el amor resbalando por mi piel.

He soñado tu muerte.
Poco importa si tu poder supera a la divina Roma.
Roma te sobrevivía.
y los idus de marzo también te sobrevivieron.




2. RENACIMIENTO  (Manual de últimas voluntades)

  Nacer en una sala de retamas en flor,
Comer un verano, feliz de frutas maduras,
Recorrer un otoño lluvioso, atormentado,
Y palpar nieve blanda como lechos de invierno.

Que siga en pie la madera de la puerta cuando
Yo abandone la casa. Y un almuerzo ligero,
Y una tarde invisible, como libros envueltos.
Que luzca de noche una lámpara en la mesilla.

 Que el amanecer brille preñado de aire y de polen,
Un día fugaz como un beso de despedida
Y una noche larga y sin sueños, como el olvido.  

 Y, si me fuese dado,
Sólo deseo todo
En cada primavera.


MANUAL DE NOSTALGIAS

En cualquier momento,
Llega un día impreciso de aromas mezclados,
De bocanadas de aire cargadas de perfumes
Y el color de los pétalos vivos
Contra la pared transparente del florero…
Un regalo inesperado sobre la mesa,
Junto al periódico del día.
Y una ventana entreabierta para dejar pasar
El frío blanco de la montaña.

Tal vez eso es la vida,
Por eso da tanto miedo cerrar la ventana.
Tal vez es así la evocación perpetua,
La casa vacía y la espera impaciente,
Y tantas ganas de verse
Que hasta el café hierve en la boca.

A veces, simplemente, la frialdad de un saludo.
Un mal día lo tiene cualquiera.
Pero el barco seguirá su curso, hasta navegar
Aguas más apacibles:
Ninguna tormenta se prolonga
Más allá del cielo.

Después, algún tiempo después,
Seguramente, alguien se preguntará
Para qué las flores.